martes, 31 de mayo de 2016

La llamada de Santiago

Suena el teléfono. Contesto. Se escucha una voz, fría, seca, pero que pretende ser muy amable y convincente. La grabación me dice que el que habla se llama Santiago C. Lo escucho. Es una invitación para ir a votar por un partido de derecha. Sí, ese que ha “gobernado” en varios sitios y a nivel federal y ha fracasado brutalmente. Ahora este hombre cree que actuando un papel puede convencerme. Esta bien que la mayoría del pueblo es desmemoriado, pero …. 
El mensaje dura poco, quizá no llega ni al minuto. Este hombre está lejos de la gente, su mensaje telefónico es frío, distante. Sin compromiso real, sin preocupación real por las personas, y muchísimo menos solidario y afectuoso con los potenciales votantes. Él sólo utiliza los recursos técnicos a su alcance para no ensuciarse ni mínimamente sus manitas. En realidad no le importa el otro, los otros. No los ha visto a la cara, no ha hablado con ellos. La tal llamada ni siquiera permite respuesta. Te dice su choro y corta abruptamente, no hay posibilidad de decir algo, de intercambiar ideas, de enriquecerse mutuamente, de comunicarse. No hay diálogo, no hay interacción. Hay un arriba (él), y un abajo (tú); hay un emisor frío, y un receptor absolutamente pasivo, que cuelga su teléfono y san se acabó.
No existe el otro más que como objeto votante y botante. Sí, una vil pelota rebotada para meter a una canasta. Y si no existe el otro no hay vida, no se genera nada, es un proceso caro y estéril.  Lo más seguro es que la llamada la estés pagando tú con tus impuestos. ¿o crees que él la pagó? Y hay muchos santiagos, no es el único, los hay de muchos colores, todos ellos básicamente con el mismo modus operandi, en donde tú no existes como ser real, sintiente y viviente. Sólo eres una cara en el padrón electoral, un voto potencial. No eres sujeto actuante en la política, eres objeto, número, porcentaje.
Santiago me colgó. No recuerdo una sola de sus palabras. Sólo sé que quería algo de mí. Algo que no tendrá. Tan sólo me hizo perder el tiempo con gran decepción. Nada más quedó el sonido triste y repetitivo de un auricular vacío, vacío…


  Barbie ¿feminista?    II/ II El monólogo de la señora Gloria prosigue diciendo: “ Es literalmente imposible ser mujer. Eres muy hermosa y ...