viernes, 19 de junio de 2015

Me asomé a tu muro en el feisbuk

A veces me asomo a ver tu muro, no sin cierta tristeza desde que me eliminaste de tus amigos. Soy un sentimental, pero creo en la amistad. Sé que no es fácil cultivarla, es más, sé que requiere esfuerzo de ambas partes, pero…qué más puedo hacer. Dice Carlos Fuentes que es en la diferencia en donde se fortalecen las amistades, pero las diferencias entre tú y yo, por la cuestión de las corridas de toros, terminó en la eliminación de mi perfil por parte tuya. Te expliqué que no era nada personal, que no era contra ti, te recordé aquellas grandes parrandas que corrimos juntos, las comilonas que nos dimos, las decenas de películas que disfrutamos en el cine, los conciertos a los que asistimos, pero todo fue inútil. Ni siquiera tuviste la gentileza, la etiqueta, de avisarme que me cortabas. Simplemente, de un día para otro, ya no aparecí entre tus amigos.

La amistad es un don, dicen por ahí que los hermanos te tocan, pero a los amigos se les elige. Estás en tu derecho. No pretendo nada. Sólo quiero manifestar que hoy sentí nostalgia por tus pasos, y, como no me tienes bloqueado y tenemos amigos en común, pude asomarme a tus estados. Y vi que eras el mismo, el amor por la fotografía, el arte culinario, tus ideas izquierdozas. Y vi en las fotos a todos nuestros cuates, cada uno con su mundo, con sus cosas, con su cotidianeidad. Casi como un perro que pasa por una calle que antes anduvo, pero que ahora habitan otros canes, me deslicé por tu muro. Yo ya no habito ahí. Y sentí la tristeza de quien pierde algo valioso. No te preocupes, siempre he sido así. Recuerdo que en la secundaria, cuando me llegaba a enojar con alguien, me sentía mal por semanas. Y encontrarlo de frente y no hablarnos, era para mí un verdadero infierno lamentable. Qué quieres, me encariño con la gente.

Claro, habría que escuchar tu versión de los hechos. Es lo más justo, lo más parejo. Pero no hubo ni chance de eso. Simplemente a la de sin susto, mi perfil ya no estaba entre el de tus amigos. Cierto, en una plática por el feis unos días antes, el ambiente se había tensado hasta lo absurdo. Tú con tus ideas de que los toros nacieron para las corridas; yo con las mías, de que los toros deben vivir en libertad y tranquilos. Bueno, pasaba por tu muro nada más, no pretendo otra cosa. Podría dejarte un saludo por inbox, pero para qué me expongo a tu silencio cruel o incluso a una grosería. Me conformo por hoy con pasearme por donde antes andaba platicando y componiendo el mundo. Y me sentí bien, incluso alegre, aunque con un tanto de nostalgia. Que la vida te depare lo mejor.


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