Becerrillo, el perro asesino
No puedo, no alcanzo a concebir todo el dolor que deben haber sufrido nuestros antepasados, nuestros heroicos guerreros y sabios de los pueblos originarios bajo la barbarie de la denominada “conquista de América”. Tampoco concibo como alguien puede justificar las masacres, torturas y expoliación que se vivieron en estos periodos de invasión de unos pueblos a otros.
Se dice que los españoles del siglo XVI venían disque a conquistar y a traer civilización y religión a este continente, en particular a lo que ahora es México, pero aquí ya existían pueblos ampliamente desarrollados, creadores de arte, filosofía, arquitectura, astronomía, pintura, escultura, teatro, mitología, etc. Y uno de los temas que causa más dolor es pensar en el sufrimiento de nuestra gente cuando estos malvados conquistadores utilizaban perros de presa en su guerra para atacar a los indígenas, perros entrenados para matar, asesinar, descuartizar. Perros degenerados, enfermos. Un triste ejemplo fue un can de la la raza alano español llamado “Becerrillo”, un animal entrenado para matar y perseguir sin compasión a los indios en la isla de San Juan. Miserable huella de su paso en la Tierra la de estos conquistadores, y miserable huella la de estos perros entrenados para el crimen. Ese perro llamado Becerrillo vivió hasta que afortunadamente la flecha envenenada de un valiente guerrero lo mató. Y así se hizo justicia al desaparecer esa bestia del mal.
El alano es un perro hermoso, fuerte, de gran tamaño y peso, inteligente como pocos, hábil cazador, pero, desde su origen, tristemente entrenado para someter a otros animales, y posteriormente utilizado como perro de presa contra los humanos como en el caso de la conquista española. El animal humano resulta muchas veces más animal que los animales, porque estos matan para sobrevivir, para comer, no matan por matar. En cambio muchos animales humanos matan por el placer de matar, para someter, dominar, atemorizar, robar, poseer lo que no es suyo. Cuando la inteligencia humana es utilizada para la maldad pareciera no tener límites.
El perro alano español es muy antiguo resultado de la cruza de varias razas. Se cree que proviene del antiguo perro llamado alaunt que fue utilizado por los alanos para la guerra y para manejar ganado vacuno, toros y jabalíes. Los alanos extendieron por toda Europa a estos perros allá por el siglo IV, y fueron llevados a la península ibérica y al norte de África por los vándalos en el siglo V. Aunque su origen pudiera ser aún más remoto.
Es añeja la utilización de perros en las guerras como instrumento para matar e infundir terror. El miedo como recurso para debilitar al enemigo. Estos perros eran utilizados en la conquista para debilitar a los guerreros nativos infundiéndoles miedo ante una bestia salvaje y loca que los atacaba y destazaba sin control alguno. El terror como recurso, el miedo psicológico que de antemano paraliza, debilita y desmoraliza.
“El fraile Bernardino de Sahagún refiere testimonios de indios atacados por «perros enormes, con orejas cortadas, ojos de fiera de color amarillo inyectados en sangre, enormes bocas, lenguas colgantes y dientes en forma de cuchillos, salvajes como el demonio y manchados como los jaguares».3 La descripción tiene un inevitable tono de admiración y temor; no olvidemos que en la época precolombina (antes del arribo de los conquistadores) los indios poseían perros de pequeña talla y cuerpo menudo. De esta suerte, los indígenas denominaron a los canes de los españoles una «diabólica invención».
Todo aquello ya pasó, afortunadamente, y cinco siglos después, aunque muchos piensen que no sirve para nada, levanto una oración, un pensamiento, una buena vibra, dedicada a aquellos que perecieron bajo las fauces de estos animales envilecidos por los soldados españoles. Levanto una oración por aquellos que quedaron heridos, mutilados, por los que vivieron aterrorizados, y por los hombres y mujeres que fallecieron atacados por estas bestias, representantes de un mal mayor: los soldados que participaron en esa conquista criminal. Esto no se trata de guardar rencores contra el actual pueblo español, ni odiarlos o despreciarlos. Al contrario, mi admiración por la cultura española es grande, y, aparte, asumo en su totalidad el legado de esa conquista sanguinaria, y la posterior fusión de los dos pueblos, y de lo que ahora somos como nación, como México. Sin embargo, la memoria histórica nos sirve para evitar que se cometan los mismos errores y barbaries.
Hoy traigo a colación la historia de este perro, “Becerrillo”, y de otros perros que lo acompañaron. Una historia nefasta, llena de crueldad. La traigo para que las generaciones presentes y las que siguen nunca olviden el dolor infinito de nuestro pueblo, de nuestros antepasados, para que el terror y las heridas dejadas en sus cuerpos no se olviden ni tampoco la muerte de los valientes guerreros que cayeron bajo los ataques de estos animales enfermos. Levanto una oración, una buena vibra, un buen recuerdo, una ofrenda por nuestra gente para que su recuerdo, su valor, su arrojo y su dolor nos alimenten y nos fortalezcan hoy para enfrentar las batallas de este tiempo.
No, no tengamos dudas de que entre la especie humana hay todo tipo de seres. Qué bueno que existen personas buenas, honestas, trabajadoras, pero no seamos ingenuos, es un hecho, y la historia lo demuestra, que también existen personas deshonestas, mentirosas, traidoras, desleales y criminales. Gente que en aras de supuestos grandes ideales puede atacar, matar, imponer dictaduras, reprimir, perseguir, robar, manipular, mentir, justificando sus actos en nombre de Dios, de la patria o de supuestas grandes transformaciones. Las conquistas en todo el mundo están llenas de estos actos viles que muestran que a muchos seres humanos les ha faltado bastante desarrollo de su ser.
Aaah, por eso amo a mi perro criollo llamado “Pulgoso”, que ha sido educado para el bien, que no se le azuza para atacar a nadie, perro fiel y benévolo. Nada contra la esencia de su ser, sino fuerza, carácter, fineza y educación reflejada en su conducta para acompañar a los humanos.
Alfonso Franco Tiscareño
Para Vitral, en el suplemento Barroco. Diario de Querétaro
26 de agosto del 2020
https://www.diariodequeretaro.com.mx/cultura/becerrillo-el-perro-asesino-5691022.html
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