miércoles, 18 de diciembre de 2019

El Lucero

De mi lanza colgué un pendón
para cabalgar por la llanura,
sin rumbo fijo, al filo de las montañas
o por la cima de las cordilleras.

Amé el viento como a pocos entes
en la Tierra, y mi bandera 
se agitó cantando sordamente
aunque con suave brisa.

Mi caballo parecía tener alas
en los tobillos y alegre
bailaba en las planicies, 
éramos un par de locos.

En oasis nos detuvimos a beber
la luna en el cenit, las estrellas colgando
del techo celestial.
Una rana cantó junto a nosotros.

Busqué el tesoro y lo encontré,
tuve que caminar muy lejos
para saber que el reino
era yo mismo.

Desmonté mi caballo, le di pastura,
lo abracé y  desmentí mis certezas, 
miré el lucero que guiaba mi camino
y lo bendije.








Alfonso Franco Tiscareño 
Para Vitral, en el suplemento Barroco. Diario de Querétaro.
11 de diciembre del 2019

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

  Barbie ¿feminista?    II/ II El monólogo de la señora Gloria prosigue diciendo: “ Es literalmente imposible ser mujer. Eres muy hermosa y ...